Todo hacía pensar que ayer podía ser el día. Parecía que esta vez, Rosario no iba a ser tan hostil para Brown. Porque enfrente estaba el peor equipo del campeonato -eso al menos señala la tabla- y que además se encuentra sumido en una enorme crisis institucional que en la semana previa al partido salpicó de lleno a los futbolistas, cuando éstos decidieron hacer huelga, no ir a entrenar hasta tanto no se salden sueldos atrasados que, en algunos casos llevaban hasta 4 meses de espera. Y como si esto fuera poco, no tenía a tres de sus titulares para jugar (Cruz, Prioti y el goleador Calabrese, suspendidos). Pues bien, ninguna de esas especulaciones tuvo incidencia en el juego, ya que Central Córdoba con poco juego pero con mucho amor propio, derrotó a un Brown que, en la cancha, parece un fantasma.
Kopriva plantó un 4-4-2 tal como lo había dejado entrever luego de la derrota ante Atlanta. "Tendremos que jugar no tan abiertamente" había advertido una semana atrás. Campos volanteando por derecha, Mansilla como siempre, a la izquierda, y Fariña con Biglia -que tenía un poco más de libertad- en el medio. Arriba los dos de siempre, y la sorpresa fue que lo guardó en el banco al Chino Ávalo.
El primer cuarto de hora fue todo de Brown. Mansilla tenía la firme convicción de escalar, Franco Romero se mostraba punzante por la derecha y el Chiqui esperaba la bola indicada para mojar de una buena vez. Parecía que Brown podía ponerse en ventaja en cualquier momento. Pero no. Con el correr de los minutos se fue desdibujando y dejó crecer a su rival que mostraba sus modestísimas armas: la movilidad de Delmastro por la izquierda y el entusiasmo de Villán unos metros más adelante. Y fue el propio Villán el que capturó una bola a la salida del área y de media vuelta metió un zurdazo de otro partido para dejar sin chances a Bangert. Al toque, Brown pudo empardarlo, pero el remate franco de Mansilla chocó con el cuerpo del Chiqui que terminó salvando el arco Charrúa.
Para la segunda mitad, Kopriva volvió a su clásico patrón de juego. Ingresaron Villamayor -que se paró por izquierda- y Ávalo en su natural posición de enlace. El equipo empezó a tener más volumen de juego y se hizo absoluto dueño de la pelota, pero otra vez, tuvo serios inconvenientes para administrarla de manera eficiente. Algo muy parecido a lo que ocurrió contra Atlanta, una semana atrás. Encima, Ávalo estuvo muy impreciso con cada pelota parada a su cargo y eso repercutió. Tuvo, a pesar de no encontrar la vuelta para perforar el esquema defensivo rosarino, algunas chances claras de gol el equipo conducido por Kopriva. Como esa gestada en un error de Basso que se quedó corto al cabecear hacia atrás y Romero definió mal ante Santili, y en el rebote Ledesma le pegó a una nube. O un rato más tarde, cuando Romero volvió a tocar muy suave ante la salida del uno local. Y en la deseperación, hasta Di Benedeto trepó la cancha y metió un remate violento que también logró conjurar el guardameta Charrúa. Pero el local tuvo la virtud de aguantar con las fuerzas al límite, casi sin pasar la mitad de la cancha en todo el complemento. Brown, como contra Atlanta, mereció mejor suerte, pero otra vez volvió a cometer errores (esta vez más evidentes en ataque) y nuevamente desnudó todas sus limitaciones. Una realidad difícil de digerir la de este Brown, que se armó para pelear arriba, y hoy lleva 10 partidos sin ganar y navega en los últimos puestos.
Sergio Viacava
LA SÍNTESIS
C. CÓRDOBA
Santili; Urquiza, Basso, Raponi y Wilhem; Miño, Moreno, Ramírez (61' Marinozi)y Delmastro (86' Pineda); Barreto y Villán (67' Caserío). DT: Oscar Santángelo
BROWN
Bangert; Di Benedetto, Anaut, Crespín y Otermín; Campos (ST Villamayor), Fariña (70' Jara), Biglia y Mansilla (ST Ávalo); Romero y Ledesma. DT: Juan C. Kopriva
Gol: PT 38' Villán (CC)
Amonestados: Santili, Miño, Delmastro y Villán (CC). Otermín y Fariña (B)
Árbitro: Gabriel Guillaume (muy bien)
Asistentes: Gustavo Bambi y Ricardo Prieto
Cancha: C. Córdoba (muy buena)
Público: 500 espectadores
La figura: Santili (CC)